El equipo de Diego Martínez fue ampliamente el protagonista del primer tiempo, pero su claro dominio no se tradujo en un asedio constante y la visita, entre su garra y algo de fortuna, logró retirarse al descanso en cero. Jabes Saralegui fue el primer en avisar desde afuera, y el arquero Víctor Samudio debió intervenir dos veces para frustrar a Edinson Cavani. También lo intentaron con sendos disparos desviados Nicolás Valentini y Nicolás Figal.
Igual, como un llamado de atención, el mismo Figal desvió un centro que complicó a Sergio Romero, quien evitó la sorpresa paraguaya cacheteando el balón por arriba.
El complemento se vivió con tensión creciente: fue de la impaciencia de la gente con su “movete, Boca, movete”, a un final de sufrimiento excesivo. Claro está, la altura del rival sorprendió a más de uno y se hizo un hueso duro de roer. Promediando la etapa, Samudio empezó a tener más trabajo al tapar ante Valentini, el ingresado Kevin Zenón y Cavani. A los 25, otro acierto desde el banco de Martínez, Lautaro Blanco, envió desde la izquierda un centro que cabeceó de pique al primer palo Aarón Anselmino para mover por fin el marcador anotando su primer tanto con la casaca azul y oro.
Sin embargo, ya con cambios agotados, el goleador de la noche sufrió una lesión muscular y el anfitrión se condenó a jugar desde los 35 con diez. Previsiblemente, la visita se le fue al humo y provocó que el VAR lo salvara de una mano en el área de Luis Advíncula (Gustavo Tejera juzgó que fue víctima de una falta en la revisión), que Joel Román se lo perdiera en otro intento y que en la última clara el ingresado Tomás Rayer casi lograra que Romero le cometiera penal.
Tras un agotador descuento de seis minutos, por fin Boca pudo festejar una victoria con tintes de desahogo por lo que le costó, y acomodarse así en la tabla continental.-